miércoles, 13 de marzo de 2013

Sigue el amor por el Comandante....

Escrito por Carola CHAVEZ, léanlo...bellisimo

Los zapatos de mi Presi

... Hay cosas que parecen insignificantes, y tal vez lo sean; tal vez hablar
de ellas a esta hora parezca banal, pero aprendí con mi Presi a fijarme
en lo pequeño para encontrar grandezas. A esta hora tan llena de
sentimientos, vienen a mi recuerdo los zapatos favoritos de Chávez.

Zapatos imposibles de un indefinido color sobao’ por el tiempo. Quizá
fueron marrones, tan vez grises, entonces, hace años, cuando
reposaban en alguna tienda zapatos aspirando a ser calzados, sin saber
que su destino sería caminar tanto, tan sin descanso, abriendo tantos
caminos.

Inmensos zapatos talla de gigante, que no pegan ni con cola con nada.
Zapatos sin pretensiones, sabrosos, con la suela gastada mas de un
lado que del otro. “Son mi zapatos favoritos” -me dijo mi Presi, “tienen
como quince años conmigo.” Quince años… catorce de revolución, esos
zapatos guardan historias.

La tele no los captó, pero los imagino gastando suelas en aquel trote
bolivariano, agradecido, rompiendo el protocolo junto al pueblo haitiano
aquel día inolvidable. Los imagino levantando polvo en las áridas tierras
árabes, mientras mi Presi levantaba hermandades clamando justicia.
Caminaron estos zapatos todos los caminos de la Patria Grande.

Descansaban mientras mi Presi se negaba el descanso. Entonces otros
zapatos, los negros formales, iban con él a escenarios donde el disimulo
campea disfrazado de diplomacia, ahí donde mi Presi cantaba las
verdades, donde olía a azufre, donde mandó el alca al carajo. Se
quedarían desolados los zapatos fieles, cuando Chávez se calzó sus
botas militares el 11 de abril y partió heroico a Fuerte Tiuna, sabiendo
que la muerte ahí lo esperaba, protegido por el escapulario de
Maisanta. Estaban ahí esperándolo el trece. Quedaba todavía tanto por
andar y tanto anduvieron.

Zapatos incomprendidos que alguien desechó por viejos y que fueron
luego rescatados por mandato presidencial. Gemelos separados cuando
uno de ellos se perdió hundido en el fango: “¡Mi Zapato! Y lo buscaron y
buscaron, y ahí estaba enterrado, lleno de barro… una semana
cepillándolos hasta que quedaron como nuevos, eso sí, tiesos, pero ya
están blanditos otra vez… ¡Ji, ji, ji!”

Yo vi esos zapatos de cerca, los vi vencer la fatiga de ser calzados por
un hombre infatigable. Los vi bailar; llenarse tantas veces de barro;
tornarse oscuros como el cielo lluvioso que los empapaba; los vi secarse
en los pies que no les daban descanso; los vi pisoteados por un tumulto
de niños amorosos que abrazaban a mi Presi… Estaban ahí, en el balcón
del pueblo, con el Presidente invicto, una, dos, tres… ¡catorce veces! Ahí
con pueblo invencible. Zapatos siempre presentes en esta historia que
Chávez y nosotros vamos escribiendo.

Están ahí los zapatos de mi Presi, ahora nos toca a nosotros calzarlos.



Canción Chavez Seguirá Contigo 


MENSAJE A LOS PITIYANQUIS
I
Dios lo ha querido a su lado:
- Siente toda la conquista
y lo que no, se ha logrado.
Siendo pueblo liberado,
pueblo creyente y devoto
al sentir tu pecho roto
debes por Chávez mañana;
hundir, vencer la malsana
burguesía con tu voto.
I I
Sobre nuestra Venezuela
en derechista soporte,
el “pitiyanqui” que es norte
la vuelta al Poder anhela.
El alma de Chávez vuela
libre, sin el conjuro
que lo arrancó del futuro
de forma injusta y atroz;
pero antes dijo su voz :
/ Chávez vota por Maduro /.

Víctor Hugo Parés Lores
Canto a Chávez
Yo le canto al hombre que nos enseñó la historia hablándonos de su infancia.
El hombre que evoca con amor su niñez es un torrente de sentires.
Su alma de maestro se pasea por polvaredas donde se sembraron los héroes.
De su garganta testaruda nace la historia de la Patria que lo escucha.
Sus manos, hacedoras inquietas de proezas, blanden libros como golosinas seductoras.
Los libros en sus manos se crecen y nos invita a poseerlos, a beber luz.
La palabra es su arma pedagógica más contundente.
Palabra que viaja desde el pecho digno al aire enamorado de su voz.
Esta patria toda vive enamorada de su fabla.
Su verbo nos alumbró en tiempos penumbrosos y tristes.
Su verbo mutante de maravillosas creaciones.
Su hablar y su andar refundaron un mundo de épica humanitaria.
Libros, historia, sentires, son en su mesa banquete de las liberaciones.
 
Yo le canto a ese hombre que cambió fusiles por casas y escuelas.
Su heroicidad le viene de tan amoroso que se interna entre los pobres.
Entre nosotros los de su sangre, los postergados, los invisibles de ayer.
Nada más nos nombró y renacimos del olvido asesino de esperanzas.
En su gesta nos descubrimos capaces de construir las utopías.
Nos hicimos soldados de su causa para juntarnos a soñar con él.
Cuántos empellones sorteamos arropados con su brillo.
Un sol erguido en el cenit es su mensaje de redención.
Sólo victorias nos da la unidad que él comanda.
 
Yo le canto a este hermano de raíces profundas como vientre ancestral.
Su espíritu cantor corre desbocado como venados en la sabana yaruro.
Su corazón infinito abraza la tierra amando libre el amanecer del bien.
Se prenden fiestas de pájaros por donde pasa esa sonrisa traslúcida.
Las maracas alborotadas aletean como mariposas la tarde llanera.
Vibran las cuerdas del cuatro venezolano y trinan copleros como turpiales al viento.
Nuestro hermano redentor va de canoero por Apure rumbo al padre Orinoco.
Conversa con Gallegos y Andrés Eloy, los tres recitan al llano inmenso.
La Amazonía le abre los brazos para que sane el indio enfermo.
Van los chamanes de Amalivaca a cantar ademi en sed de yarake.
Claman los chaimas al mar potente que da alimento.
Bajan del Ande y Perijá guerreros inmortales como un Sabino.
Renace Nigale el cacique añú entre los manglares revividos del lago amado.
Todo lo raigal se une a tu lucha porque nos diste tu corazón de rocío para sembrar.
 
Por eso yo te canto Comandante de la trinchera hermosa de la vida.
Tu llegada ante nosotros fue súbito despertar de conciencia eterna.
Una lluvia de estrellas en la larga noche de la opresión.
Tu canción corpórea de la solidaridad nos hizo clan del tótem amor.
Hiciste el milagro de saciar las hambres de cuerpo y alma de millones.
Bastó un puñado de tus verdades para sacarnos de las mazmorras.
Tu convocatoria fue elixir de juventud para un pueblo que envejecía de tedio.
El tedio que mata silente tras siglos de traiciones y cepo.
 
Te canto hoy Comandante hermano, Comandante padre, Comandante tierno
Cuando lloramos con rabia la artera celada que nos arrebató tu canto.
Canto Honor y Gloria eterna a tu paso radiante por la vida.
Canto a tu Obra de mármoles intangibles con columnas perennes de ébano.
Canto a tu pionero pensamiento que desamarra naciones antes sojuzgadas.
Cantamos y juramos que tus órdenes serán realidades sagradas.
Te abrazamos Comandante, te abraza tu Pueblo, que te cumplirá, y siempre cantará con la voz alzada que vos nos regalaste.
 
Ildefonso Finol


“POR AQUÍ PASO”… ¡Y SIGUE VIVO!
 
Manifiesto mi negativa,
Aunque me digan rebelde,
Porque a la realidad me niegue,
Pero es que sigue con vida.

Hoy que caminé a su lado,
Vi muchos hombres llorando,
Las mujeres consolando,
Un dolor esperanzado.
 
“Por aquí pasó compadre”:
No hacia montes de lejos,
Sino a quedarse con los nuestros,
Con Doña Helena, Nuestra Madre.

El carro que lo llevaba,
Se cargó de esperanzas,
Un tricolor que aquí danza,
En un corazón que se inflama.
 
Hugo nació en Sabaneta,
Héroe Latinoamericano,
Bolivariano y Martiano,
Y hoy su nombre se respeta.

No sé de verso ni métrica,
Ni si el Paraíso exista,
Pero a quien enseñó la ética,
El Creador lo pone en su Lista.
 
Ayer se sintió el dolor,
Hoy existe la esperanza,
Porque está vivo hoy,
Aquel que amó a la Patria.

Es que por eso repito,
Para Mí Chávez está vivo,
Y el que diga que murió,
Sepa que me importa un  pito.
 
 
Luís Mezones Medina